La línea de vinos monovarietales, con Denominación de Origen Pago, que Pago Guijoso presentamos bajo el nombre de Finca La Sabina, es una apuesta decidida por explorar innovadoras formas de entender los procesos del vino y proponer experiencias nuevas. A su vez, es una historia que cuenta la relación de la viña, La Sabina milenaria y el entorno lleno de naturaleza donde se ubica la finca.

Nos encontramos dentro de una zona ZEPA (zona de especial protección para las aves) donde habita la Avutarda, que es la especie voladora de mayor peso del mundo, un ave de gran envergadura, pero también es el ave más asustadiza de Europa.

Cuenta la historia que la Avutarda voló sobre estas tierras, y sintió curiosidad al ver que los campos se disponían entorno a La Sabina. Ella se asentaba señorial y complaciente, ofreciendo protección y sabiduría a cuanto ser vivo lo reclamara. Y allí fue que posó su vuelo y encontró un lugar reposado, bonito, protector, respetuoso.

Finca La Sabina Chardonnay es un monovarietal único en su especie. Se trata de un vino blanco reposado, con una crianza de cinco años en barrica de roble francés, algo nada habitual en este tipo de referencias no fortificadas.

Un vino que refleja toda la singularidad y las características del terroir del que procede, que goza de fuertes contrastes de temperatura entre el día y la noche, con las cuatro estaciones bien marcadas, lo que permite que la uva madure lentamente.

A nivel visual, se trata de un vino de un color amarillo muy intenso, con destellos dorados y muy brillante. Presenta mucha lágrima y una capa alta.

En nariz, encontramos un mundo lleno de complejidad, gracias a su crianza. Hay notas de fruta madura y la barrica aporta matices ahumados, de miel y frutos secos, con toques que recuerdan a las cajas de puros.

Estamos ante un vino de guarda, muy longevo gracias a su tapón técnico, que garantiza un cierre perfecto durante diez años y protege su gran intensidad aromática.